-¡Abuela, por Dios santo! – exclamó Georgia asustada al ver a la abuela siendo cargada en brazos por uno de los hombres - ¿Qué tiene? ¿Por qué no responde? – preugntó asustada, al ver que la abuela no daba señal de vida.
-Ella se desmayó en cuando entramos a rescatarla, pero nos hemos asegurado de que tenga signos vitales, todo está en orden, seguramente es una cuestión de los nervios del momento – explicó el hombre en medio de susurros.
-Te dije que ella estaría bien y voy a cumplir con mi promesa, pero Georgia, ahora mismo debemos irnos – Alessandro la haló de la mano, haciendo que la mujer se moviera.
El tiempo estaba corriendo en su contra, de alguna manera todo estaban tentando al destino con aquel plan, un movimiento en falso haría que todo se fuera al caño, y después de haber
