-Esto no puede ser cierto – la abuela se acercó a él, como si se tratase de un fantasma. -Hola vieja – fue lo único que pudo decir Jeremy, viendo con un poco de nostalgia lo mucho que tambien había pasado el tiempo para la mujer. Los ojos de Georgia se llenaron de lágrimas, no estaba muy segura de lo que debía sentir en ese momento, por un lado, su pobre corazón no podía asimilar que aquello fuera una realidad, pero por el otro lado, la rabia que tenía por dentro la estaba consumiendo completamente, ¿Por qué su padre le mintió durante tanto tiempo? ¿Por qué se apartó de ella? Ese y muchos otros cuestionamientos navegaban en su cabeza. A pesar de la felicidad de la abuela y evitando entrar en un colapso Georgia corrió a su habitación y se encerró en ella. Bianca frunció los labios,

