El viaje de Alessandro se canceló, por suerte consiguió resolver sus asuntos más rápido de lo que creyó, de modo que poco antes de que fueran las tres de la mañana, él ya estaba entrando en su casa nuevamente, sin embargo, no estaba en sus cinco sentidos, como cuando salió, por el contrario, él estaba completamente ebrio y cansado, eso, por no mencionar los otros detalles que él no había notado todavía sobre su propia apariencia.
Al estar dentro de la casa, un sentimiento de culpa embargó al hombre al recordar todo lo que dijo Georgia antes, ella tenía razón al asumir que él tenía descuidado a su hijo, era cierto que no le dedicaba todo el tiempo que el niño necesitaba o merecía.
Tratando de limpiarse de sus culpas, que ya eran muchas, Alessandro fue a la habitación de su hijo, al abrir
