Al regresar de nuevo a casa, Georgia tuvo que esperar un par de segundos a que su pulso se normalizara, todo aquello había sido demasiado, de alguna manera estaba completamente saturada y el problema era que, todavía no tenía todas las respuestas que necesitaba. Había mucho más en aquella historia y eso la asustaba, porque, aunque no sabía cuanto más iba a ser capaz de soportar, tambien sabía que, por la memoria de sus padres, no se podía rendir, debía encontrar la verdad, no importaba que tan dolorosa fuera. -¡Hola cariño! ¿Dónde estabas? – preugntó la abuela una vez que la mujer pudo entrar en casa. -Yo estaba en una entrevista, abuela – sonrío. -¿Cómo te fue? – Valery se acercó de forma curiosa y detalló en el aspecto de su amiga, quien no parecía haber estado en una entrevista de

