-¿De qué quieres hablar? Alessandro miró abajo, sabía que la noticia que daría a continuación iba a ser complicada y no sabía cómo lo tomaría ella, definitivamente iba a ser difícil que la mujer se enfrentara a la posibilidad de que su padre estuviera vivo, después de haber crecido creyendo que estaba muerto. -Habla, hombre, no me dejes más con la incertidumbre – dijo ella, casi como una súplica, necesitaba cortar esa tensión tan palpable que los envolvía en ese momento. -Aunque es muy probable que creas que yo me olvidé de todo lo que en algún momento te prometí, pues no es así, no me refiero solo a lo que hablamos esa última noche, sino, además, a todo lo que te he mencionado desde que nos conocimos, en alguna ocasión te prometí que te diría la verdad, que podrías entender la razón

