-Esta vez no vas a poder apartarme de ti y no me refiero a lo que en algún momento quise contigo, me refiero al niño, no voy a permitir que me alejes de él. Georgia se quedó en silencio, debatiéndose entre todos los sentimientos que tenía dentro del pecho, se sentía culpable, se sentía dolida, y al mismo tiempo una parte de la mujer estaba aliviada de por fin haber dicho la verdad. Ella no quería fingir que podía seguir sola, lo cierto era que de vez en cuando sentía que, si no tenía alguien de quien tomar la mano, entonces no iba a poder continuar. Durante mucho tiempo aquel pensamiento la atormentó, pero, en una de sus muchas conversaciones con la abuela se dio cuenta de que no había nada de malo en necesitar ayuda. Había pasado mucho tiempo jugando a ser una super mujer. Ya no pod

