-¡Georgia! ¿Qué te toma tanto tiempo? – Valery tocó a la puerta de su amiga, para hacerla salir de ahí de una vez por todos. Adentro de la habitación, Georgia se alisó el top de color n***o que se puso para verse menos como una niñera y más como una mujer de su edad. Ella se miró al espejo, sintiéndose realmente satisfecha con lo poco que hizo en aquellos minutos, pero, aunque su apariencia era bastante agradable y atractiva, la verdad era que, los ojos de Georgia revelaban lo triste que se sentía por dentro, estaba cansada, agotada y sobre todo, estaba mentalmente indispuesta. -¡Ya voy! – gritó ella, para que Valery dejara de tocar a la puerta. Tras esperar un par de minutos más y dar una bocanada de aire, la chica salió de su habitación y se unió al grupo que estaba sentado en el s

