Jeremy soltó un bufido al tiempo en que su corazón se arrugaba al pensar en que su pequeña hija, la cual él había tenido que abandonar tantos años atrás, estaba a punto de tener a un bebé. Definitivamente él tiempo había pasado, ella ya no era una niña, se había convertido en toda una mujer a la que él no había tenido el placer de ver crecer nada más porque su intento de protección hacia ella fue amucho más grande. -Está embarazada – dijo, mientras se hacía una imagen mental de ella. Por algunos segundos, los ojos de Jeremy se llenaron de lágrimas que él estaba tratando de contener. Fue entonces, cuando Alessandro se dio cuenta de que era momento de actuar. -Quiero tener a ese bebé, Jeremy – dijo Alessandro – quiero ser parte de su vida, deseo verlo dar sus primeros pasos y decir su

