En la habitación 615/ 5:00pm
Ella empieza un ligero movimiento de párpados y poco a poco los abre con incomodidad por la blanca luz iluminando la habitación. Encontrándose con la figura imponente del castaño con algunas ojeras bajo sus ojos sin afectarle en absoluto.
— ¡Annie! Por fin despiertas –exclama con una radiante sonrisa, una de esas tan tontas, imborrables y sinceras sonrisas del corazón- Annie
— Ya… me conoces… me tomé mi tiempo… para hacerme extrañar –susurró sin perder su sarcasmo
— Estás de regreso, mocosa inmadura –pronuncio sin dejar de sonreír- déjame llamar al doctor –pronunció nervioso y desesperado al ver a la joven intentar sentarse- ¡No te muevas! –le ordenó
— Para tu tranquilidad, no quiero ni puedo hacerlo –contestó con una mueca de dolor.
Su cuerpo le estaba
