Leves gotas cian del cielo, todos habían pensado que aquella mañana seria tranquila y sin lluvia, pero las oscuras nubes grises les decían lo contrario, muchos entraban a su casa buscando protección, pero los hombres de Dominik seguían con su trabajo, los lobos manchaban sus matas de lodo al pasar corriendo de un lado a otro buscando alguna pista, algunos habitantes de la manada de Edgar entraban aterrados sus hogares al verlo, tampoco tenían permitido socializar con otros lobos, Diana y Edgar KÖnig les había colocado tantas privaciones que libertades, se sentían retenidos. No sentían la libertad que antes sentían… Edgar caminaba por un pasadizo que lo llevaría a las afueras de la mansión, este se encontraba en el sótano de la mansión y solo dos personas tenían la llave para abrir la pue