Cuatro días después… Diana estaba parada en el medio del despacho de su esposo, su hijo Edgar se encontraba allí sentado y cercas de las paredes estaban solo algunos empleados los cuales les había avisado todo lo que había pasado en la manada de Dominik, la pequeña rata que tenían como soplón había soltado todo a último momento porque estaba con las manos llenas. Los empleados les habían avisado a los dos Alfas que estaban avisado de todo, sobre aun la búsqueda de Dominik por encontrar al culpable, que Bruno y todos los demás sabían que Diana les había mentido con ser su Soulmate, y lo más importe era que pronto irían por ella. Por primera vez Diana se sentía acorralada en el laberinto que ella misma había creado con tanto espumero, ahora sentía como era estar mentida en ese lugar. Miro