Un golpe fuerte a la mesa sobresalta a la joven que se encuentra enfrente. Rebeca retrocede hasta que su espalda golpea la pared y su respiración se agita cuando nota la sombra de Egil acercarse a ella rápidamente. Egil la toma del cuello y la obliga a mirarlo. Él está tan enojado que sus ojos se encuentran rojos de ira. —Así que tú eres otra traidora —Egil ejerce mucha presión en el cuello y la joven sirvienta empieza a negar desesperada por un poco de aire. —Voy a… decirle la… verdad —Egil la suelta cuando escucha aquello. Rebeca cae al suelo y empieza a toser. —¿Qué es lo que tienes para decir? —Gage la levanta y la coloca contra la pared de nuevo. —Será mejor que hables si no quieres morir aquí mismo. —¡Mi hermano solo recibió órdenes! —Grita Rebeca llena de miedo—. Tenía que hace