—No le hagan nada a mi hija, por favor —Suplica Adelaide con gran angustia y un hilo de sangre, deslizándose de su frente luego del golpe del guardia—. Mátenme a mí, pero ella no tiene la culpa de nada, es inocente, por favor… Gage se acerca y aparta al guardia y contiene a Adelaide mientras el médico coloca a la niña en la mesada y la desnuda para examinarla. En ese momento la desesperación de Adelaide aumenta y sus llantos alertan a Irene, quien va llegando a visitarlas. —¡¿Qué está sucediendo?! —Pregunta aterrorizada al ver a Eleonor en manos del médico y a Adelaide llorando angustiosamente. —No te metas en este asunto, tía —La respuesta de Egil asusta a Irene—. O la mandaré sacar. Irene se acerca a Adelaide y la abraza fuerte mientras mira a su sobrino con gran decepción. ¿Qué pr