Capítulo 31. La carta de Nadia

1080 Palabras

En la hacienda Arrabal, Petra, nerviosa por estar tan controlada por los hombres de Gage, da vueltas en la habitación, resoplando y maldiciendo. Se supone que esto no sería así, Gage debía estar lejos con Egil ahora resolviendo el asunto de los campesinos y ella estaría libre para poder cumplir con todo lo que estaba planificado desde hace mucho tiempo. Maldita la hora que Egil lo mandó de vuelta a la hacienda. —¿Quiere que le prepare un baño para refrescarse, señorita? —pregunta Petrona viendo a Petra inquieta y abanicándose con las manos vehementemente. —Lo que necesito es salir de aquí. Este ambiente me está asfixiando. Si sigo aquí, me volveré loca, el aire fresco me hará pensar en una solución. —Pero dijo que no quería salir para que todos creyeran que sigue grave, señorita. —Eso

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