Pasaron alrededor de tres meses en Italia antes de decidir que era hora de regresar a Canadá y comenzar con su nueva vida.
Ahora ya no había miedo en Analia, sino cierto entusiasmo en regresar a casa, porque desde ahora en adelante consideraría la casa de Andrew como suya.
Lo más duro de regresar era alejarse de su familia, la extrañaría demasiado. Estaba acostumbrada a ellos, a compartir todo sus momentos.
—Desde que nacieron mi mayor temor fue separarme de mis hijos, y mira que el tiempo llegó y ahora estoy despidiendo a mi princesa qué ya esta comenzando a formar su propia familia —le dijo su madre entre lágrimas abrazada a Leandro.
—Ya te había despedido una vez, creí que la segunda vez sería más fácil —rió nervioso —pero mira, aquí estoy con el corazón oprimido porque mi prince
