Narra Analia Entré a casa del abuelo caminando sin detenerme hacia mi habitación. No quería encontrar a mamá en los pasillos porque seguramente me daría una reprimenda por llegar a esta hora y pidiendo explicaciones de lo que había hecho durante la noche. Cosa que ella jamás querría saber. Ese hombre era increíblemente atractivo, jamás imaginé que él sería el mismo con el que me casaría. Me encantó en la forma que describió mis intenciones. Porque en ninguna de ellas se equivocó, en mis planes jamás he tenido la intención de hundirlo a él. Me gustaba saber que era poderoso, no me hubiera gustado estar con alguien que no tuviera nada de ello. Brinqué del susto cuando abrí la puerta de mi habitación al ver a mi hermano sentado en el otomano mirándome fijamente con su fría expresión