(Narra Cordelia) La semanas transcurrían como debía de ser, pero Liberty… La gente, comenzó a ser hechizada por Wilhelm. Cuando estaba fuera, se mostraba como un hombre caritativo, amable y preocupado por su prójimo, comprometido con esta comunidad como si fuera un m*****o fundador. La gente lo comenzó a apreciar, incluso acudían a la casa de Anton solo para poder pasar tiempo con él, escuchando como predicaba la palabra, pidiéndole consejos y siendo agradecidos dándole obsequios. Wilhelm estaba gozando de la acogida de todo Liberty, se sentía alguien importante y se portaba como tal, las cosas no escalaron alarmantemente hasta que un día, de pronto, el pueblo entero comenzó a dejar de asistir a la iglesia y a exigir que fuera alguien verdaderamente preparado el que dirigiera y oficiara l

