(Narra Annie Rowan)
El ruido de la ventana al abrirse me despertó del todo, no había podido conciliar el sueño y con la llegada de la tormenta, fue mucho más difícil lograrlo. Antes de incorporarme miré el reloj de la cómoda, marcaba la 1:45 AM, salí de la cama y la brisa de la lluvia trajo consigo dos cosas, uno era el olor de la tierra mojada y el otro, una tambaleante Bree.
― ¡No puede ser, Bree! ― Grité y asustada acorté la distancia entre ambas, ella se dejó resbalar hasta tocar el suelo con sus rodillas. Estaba empapada, llena de lodo y tiritaba.
― ¿Qué está pasando? ― Sin darme cuenta mi grito despertó a Deli, quien comenzó a salir de su cama para encender su pequeña lámpara del buro. Una tenue luz iluminó el cuarto y la expresión que tenía Bree no auguraba nada bueno.
― ¿Bree
