—¿Qué les parece si vienen a mi casa hoy? A dormir. La pregunta de Pablo surgió de forma inesperada durante la hora del almuerzo, como si no lo hubiese pensado con anterioridad. El moretón en su ojo seguía presente, pero el muchacho no había tenido intención de ocultarlo en ningún momento. Desde que hubiera enfrentado al chico que le había puesto el ojo de esa manera, su confianza parecía haberse elevado un montón, ya no caminaba cabizbajo y encorvado, y su voz era cada vez más alta y segura a la hora de cantar con ellos. —¡Oh, genial! —gritó Marlon emocionado, mientras se daba los cinco con Pablo—. ¡Noche de chicos! —¿Tus padres no estarán? —preguntó Tyler, sorprendido. Pablo negó, con una enorme sonrisa en el rostro. — Se ganaron un viaje en el trabajo de papá. Y Will se quedará