no... dos... tres... cua... ― ¿Aló? ― mi corazon se acelera cuando contestan ― ¿Fadyx? ― pregunta mi padre Amaro preocupado. ― Si papá, soy yo ― respondo con el corazón en la boca. ― ¡Mi lucecita! No sabes el alivio que siento de oír tu voz ¿Estas bien? Dime que no fuiste tu la que... ― También es un alivio oirte papá ― Lo interrumpo parpadeando para no llorar ― Estoy bien y... ¿Qué le voy a decir? «La verdad» Podré mentirle a cualquiera pero no a él. ― ¿Y qué? Te escucho, dime ― pide con la preocupación filtrada en su voz. No puedo mentirle, nunca. ― Sólo si prometes oirme hasta el final ― aclaró. ― Te prometo lo que quieras pero dime. ― ¿Estas sólo? ― Si, en realidad estaba buscando si había algún peligro que me alertara que estuvieras en peligro, tu restreador parece apagado