Han pasado varios meses desde que me fui de la casa, trabajo en una cafetería del pueblo, Morelia es muy pequeño y todo el mundo se conoce, tampoco hay empresas grandes como las empresas Cantú, y tampoco trabajo de oficina, así que conseguí trabajo como mesera. Doña Cori es la dueña del lugar, es una señora muy buena y alegre, me dio trabajo, aunque sabía que estaba embarazada, le tengo mucho cariño, además es muy simpática y sé que también me estima. Mi tía Mati cuidada a Pablito, ha sido muy buena conmigo y aunque no está de acuerdo en mí decisión de no decirle nada a Alex sobre mí embarazo, me ha apoyado y no se lo ha dicho a nadie. Estamos en el mercado, escojo unas fresas, ese es mi antojo preferido, camino entre la gente y sin querer tropiezo con un hombre, él levanta las bolsa