Paso la noche pensando en todo lo que ha sucedido en la fiesta de cumpleaños de Alex, doña Helena me odia por culpa de la señorita bubis grandes y yo me siento fatal, he pensado en ir hablar con doña Helena y decirle la clase de víbora venenosa que es esa tipa, pero no creo que eso funcione. Ha pasado el día muy rápido, como siempre tengo mucho trabajo y no he parado en todo el día, solo he visto a Alex en la mañana, llegó y pasó a saludarme, después se fue a su oficina, él también ha estado muy ocupado, claro, es el presidente de todo esto. Me enfoco en el trabajo que estoy haciendo y de pronto se abren las puertas del elevador, sale Doña Helena, me mira y se acerca a mí escritorio, yo me levanto y Laura me mira. — Buenas tardes Sra. Helena – digo amablemente. — Esto no es una visita