—¿Lo matamos de una vez? — Le pregunta uno de los hombres al otro y se ríen entre ellos. —El jefe quiere terminar ya con esto— Le responde el tipo de los tatuajes y se acerca a mí. Me quedo callado por la poca fuerza que me queda y soy consciente de que tal vez este sea mi final. Me levantan del suelo entre los dos y me arrastran por el galpón hasta que llegan a una grúa que hay aquí y uno de ellos se acerca para bajar el brazo de esta mientras que el otro me arrastra hasta que estoy debajo del brazo de la grúa —Engánchalo— Ordena y de inmediato mis manos son sujetas por unas cadenas, tal y como si las esposas no fueran suficiente. Una vez que la grúa está a una altura correcta, ellos me arrastran hasta enganchar la cadena que me sujeta las manos al brazo de la grúa. En otro momento de