HANNAH
No nos despedimos de nadie, su mano se aferró a la mía y empujó a las personas para poder salir. Había aparcado el coche delante del club, y teníamos una botella de alcohol en los asientos traseros que habíamos comprado en una gasolinera para quedarnos hasta tarde con nuestros amigos; fue sólo para nosotros. Me permití abrirla y darle un par de tragos por el camino hacia no sabía dónde. Era Navidad y Josh conducía muy despacio porque había bebido y solía haber controles por las carreteras, así que cogió otros caminos más largos para rodear las carreteras principales; entre las secundarias, pasamos por unas carreteras desiertas con a penas farolas y algo me dio, porque me quité el cinturón y giré en mi asiento.
—¿Qué haces? —me preguntó.
Le puse un dedo en los labios y me doblé
