JOSHUA
—¡Josh! —gritaron, y aporrearon la puerta de mi cuarto.
Me desperté por eso, pero sino me hubiera quedado todo el día en la cama con Hannah. Eso de tener cada uno un espacio era imposible. La tenía sobre mi cuerpo, respirando pausadamente contra mi pecho y agarrándose a mi hombro con su fina mano. > Necesitaba arreglar las cosas y que esas fueran todas mis noches, la necesitaba.
Volvieron a gritar desde fuera y ella ni se movió, estaba agotada y yo aproveché eso para quedarme un rato más disfrutando de aquello. Le quité el pelo de la cara y Hannah restregó su cara contra mi pecho apretándose más a mi. Aún dormida, debía sentir como le latía el corazón por su culpa. Me hubiera quedado allí todo el día, pero salí de la cama antes de que siguieran gritando y la despertaran. La
