Lissana siguió a Sarai por los estrechos pasillos de la torre hasta la salida, donde un suntuoso carruaje la estaba esperando. Uzziel y Fara, la esperaban en su interior, los dos iban vestidos de blanco, ropas sencillas, pero con hermosos bordados de oro. — Te ves preciosa Fara. — Muchas gracias, tu también luces despampanante. Lissana tomó su lugar al lado de Uzziel, que no podía apartar su mirada de Fara. “Es muy obvio” Pensó Lissana mientras acomodaba la falda de su vestido. Y tuvo que darle un codazo en las costillas a su primo para que este dejara de mirar a Fara y le prestara un poquito de atención. — ¿Por qué nos llevan en carruaje? — Al parecer el baile no es el palacio principal, si no en un anexo, queda un poco lejos, por eso el carruaje. Respondió Uzziel. — Ya veo. El