*Oliver*
El trabajo era lo mejor para no pensar en Harper y una buena excusa para mantenerme alejado de ella. Podría trabajar en la oficina hasta altas horas de la noche y nadie me molestaría. Mientras me fuera antes de que Harper despertara y llegara a casa después de que ella estuviera dormida, no me sentí tentado.
—Señor Crest —interrumpió mi asistente Sandra, tocando con timidez la puerta de mi oficina.
—Adelante —la llamé, haciéndole señas para que entrara.
Dio algunos pasos cuidadosos.
—Peter te envió algunos documentos para que los revises. Sé que se hace tarde, pero los marcó como urgentes. llamó para pedirme que te dijera que revisaras tus mensajes.
—Por supuesto —murmuré. Abrí mi correo electrónico en mi computadora y vi los archivos nuevos—. Gracias. Le haré saber que es
