BESO
1551 Palabras
ERIS FARELL
Abro los ojos lentamente al escuchar al escuchar el sonido de la alarma por lo que me estiro en la cama al tiempo que extiendo mi mano apagándola. Suspiro abriendo los ojos del todo viendo el techo, sonriendo viendo en este un gusto que mi padre me dio hace un año. Pedí que dibujaran en este la famosa pintura de Vincent Van Gogh, la noche estrellada, amo esa pintura por lo que decidí que sería lo primero que vería al despertar y lo último antes de dormir.
- Alexa – hablo a mi dispositivo inteligente – reproduce mi playlists – mientras la voz responde me pongo de pie escuchando la canción que empieza a sonar.
Camino a mi cuarto de baño donde rápidamente me desnudo entrando a la mampara donde abro la llave dejando que la lluvia artificial caiga sobre mí. Empiezo a lavar mi cabello mientras pienso en lo raro que se siente estar en casa durante tanto tiempo.
Suspiro terminando de bañarme para luego salir y prepararme para mi primer día en el conglomerado Sinclair. Elijo un atuendo algo sencillo, pantalón ancho en un tono crema claro, una blusa de cuello un poco alto en color blanco y sandalias de tacón del mismo color. Decido dejar mi cabello suelto el cual resalta aún más al estar vestida de con estos tonos de color.
Me observo en el espejo mientras me aplico un poco de mascara sin color en las pestañas algo que no necesito ya que estas son largas y en color n***o al igual que mi cabello. Sonrio viendo mi melena ya que es lo que más me gusta de mi físico, lo tengo a media espalda y su color es único o eso me han dicho. Un hermoso color n***o azabache que brilla dándole un aspecto sedoso.
Una vez lista elijo un bolso a juego antes de salir de mi habitación, camino por el pasillo rumbo a las escaleras, la decoración del penthouse es hermosa y sobria. Uno de los mejores decoradores de interiores del país se encargó de hacerlo, todo es una combinación armoniosamente frio y vacío, suspiro bajando las escaleras flotantes en mármol n***o importado.
Al llegar al final de las escaleras escucho la voz de mi padre hablando por teléfono como cada mañana que estuve en “casa”. sigo su voz llegando a la cocina donde lo veo sentado frente a la isla de esta con su portátil, Tablet y teléfono mientras habla mediante el auricular en su oído. Dejo mi bolso sobre la isla sentándome junto a él.
- Buenos días señorita Farell – me saluda Erica quien se encarga de este lugar mientras pone un vaso con zumo frente a mí - ¿Qué desea desayunar, señorita?
- Fruta y yogurt griego – respondo al tiempo que mi padre deja de hablar – buenos días – saludo volviéndome a verlo justo cuando se acerca dejando un beso en mi sien.
- ¿Cómo estas, cariño? – pregunta mientras bebe un poco de su café
- Nerviosa – respondo sonriendo a lo que él sonríe
- No tienes que hacerlo – me reitera a lo que yo niego con la cabeza – puedes irte de viaje…
- Quiero hacerlo – lo interrumpo a lo que asiente con la cabeza mientras se gira un poco tomando una caja blanca que no había visto a su lado poniéndola frente a mí.
- Siendo así – habla quitando la tapa – aquí están tus herramientas de trabajo – veo que saca un portátil, un iPad y un iPhone de última generación igual al mío – los tres están sincronizados con el sistema del conglomerado, por lo que debes tener muchísimo cuidado con esto – asiento con la cabeza.
- ¿Quién será mi jefe? – pregunto haciendo a un lado lo que me acaba de entregar ya que Erica pone frente a mí lo que le pedí.
- Este verano trabajaras con Oliver – abro los ojos como platos al escucharlo.
Mi padre prometió que cuando los hermanos Sinclair tomaran el control del conglomerado él se retiraría ya que han sido muchísimos años junto a los Sinclair y al iniciar la era de los hermanos la suya como asistente de la familia finalizaría. Por eso decidí quedarme a estudiar en Nueva York, quiero estar junto a él aunque él no me haya elegido nunca.
- ¿vas… vas a retirarte? – pregunto tratando de ocultar la emoción de lo que acaba de decir provoca.
- No, mi tiempo en el conglomerado se extenderá unos años… - la punzada de decepción me atraviesa el pecho.
- Pero…pero… - trato de hablar a lo que él me sonríe antes de besar mi sien.
- Lo siento cariño – se me forma un nudo en la garganta – pero el accidente lo cambio todo – paso saliva
- ¿pero… Oliver?
- Esta perdido – responde a lo que yo frunzo el ceño – los ocho tenían un “plan” – suspira a lo que yo asiento con la cabeza – Owen, Oliver Mael y Mayner se iban de viaje durante un año, en el cual los demás terminarían la universidad…
- ¿Por qué esperarían? – pregunto curiosa a lo que él sonríe
- Irisa – responde sin más – Irisa Sinclair, será la próxima cabeza del conglomerado, sus hermanos y primos conformaran la junta directiva…
- ¿Por qué? – pregunto – se supone que ese lugar es para el primogénito que en este caso es Owen…
- De los cuatro hijos de Amaris y Selene Sinclair, su hija es la más inteligente y brillante, Irisa es un prodigio – asiento con la cabeza – el accidente lo cambio todo dejando a Owen mal herido y a Mayner… - deja la palabra en el aire, se cuánto le duele lo sucedido – irisa está destrozada y los demás volverán a sus estudios, por lo que Oliver quedo en el aire por decirlo de alguna forma.
- ¿estará en la junta? – niega con la cabeza
- Sera una especie de becario con autoridad – responde a lo que yo asiento con la cabeza – este puesto tanto para él como para ti es para aprender.
Rápidamente terminamos de comer, por lo que tomamos nuestras cosas adentrándonos al ascensor juntos, mientras bajamos empieza a explicarme algunas cosas que debo saber, le prestó atención ya que esto será una excelente oportunidad para mí.
En el futuro deseo fundar mi propia empresa, por lo que ser asistente de alguno de los miembros de la familia Sinclair es obtener contactos para el futuro, soy consciente de que tengo algo por lo que muchos matarían y eso es el apoyo de Selene y Amaris Sinclair. Al llegar al estacionamiento mi padre me extiende una llave con un listón lo que me hace enarcar una ceja.
- Ya tengo un auto – digo deteniéndome al tiempo que me cruzo de brazos a lo que él sonríe besando mi frente.
- Ahora tienes dos – dice señalándome al frente donde veo un hermoso McLaren 720s en color n***o brillante.
- Papá, es demasiado – digo sin apartar los ojos del auto de mis sueños.
- Me pagan una considerable suma de dinero mes a mes que me permite costearte el auto de tus sueños – dice haciendo que lo sonría – feliz cumpleaños, princesa.
- Nos vemos en la empresa – digo caminando directo al hermoso auto al cual me subo rápidamente. Chillo de emoción al ver el interior y vuelvo hacerlo un poco más fuerte cuando lo enciendo – ya te amo bebé – digo acariciando el volante revestido de cuero n***o.
Atravieso la ciudad escuchando música hasta que me detengo en un semáforo que se encuentra en rojo y desde donde me encuentro se divisa la imponente estructura en la que es el conglomerado Sinclair, sonrio cuando ingreso al estacionamiento subterráneo, rápidamente presento la credencial que me entrego mi padre en la mañana con la que me dan el paso al instante. Reduzco la velocidad buscando un lugar para estacionarme, al encontrarlo me dirijo a este, pero debo detenerme de golpe al ver que un auto igual al mío me lo gana.
Hijo de…
- ¡¿Qué te pasa imbécil?! – grito bajándome del auto viendo como la puerta del conductor del otro se abre y de este baja Oliver que me observa enarcando una ceja.
- Llegue primero – responde como si nada lo que me molesta aún más - ¿tienes edad para conducir? – pregunta burlón desviando la mirada a mi auto.
- Llevaba toda mi vida sin encontrarme con alguno de ustedes – comento rodando los ojos a lo que él me observa ¿molesto? – ahora donde voy me encuentro con uno de ustedes.
- Teniendo en cuenta que vas a mi casa y trabajaras en la empresa de mi familia, es normal que…
- Si, si, si, como digas – hago un gesto con la mano restándole importancia volviéndome en dirección a mi auto.
- No respondiste a mi pregunta – escucho, pero no me detengo hasta que estoy por subirme al auto, sin pensarlo llevo dedo medio a mis labios dejando un beso en este antes de enseñárselo.
- Autor
