Me remuevo suspirando al sentir la comodidad y calidez que solo encuentro en los brazos de mi esposo que me rodean en este momento. Abro los ojos lentamente viéndolo frente a mi profundamente dormido. Sonrío acariciando su rostro delicadamente sin querer despertarlo recordando como la noche anterior cuando sus padres y yo llegamos del coctel él me estaba esperando en la concina comiendo pastel y bebiendo leche.
En cuanto lo vi me fue inevitable no correr hacia él quien me recibió con los brazos abiertos.
“- ¿todo bien? – pregunto mirándome a los ojos.
- Todo excelente”
cuando llegamos a su habitación le conté muy emocionada todo lo sucedido en el cóctel, de las personas que conocí, también le enseñé la tarjera de presentación con la cita que me dio Marek Nowak para que me reu
