No es la primera vez que vengo a la mansión Sinclair, pero si es la primera vez que me siento que al estacionar el auto los nervios se me disparan haciendo que las manos me cosquilleen y las ansias de verlo en persona luego de la semana en la que estuvo en Bélgica. Ignorando lo sucedido en la oficina hace un rato bajo del auto con la carpeta del resumen de lo sucedido en la reunión con el señor Kastaro ya que es algo que él debe saber antes de que yo deba reunirme con mi padre y Mia para preparar la siguiente reunión. Camino a la entrada y cuando estoy por tocar el timbre la puerta se abre dejándome ver a la hermosa princesa Sinclair que al verme sonríe con ternura. - Hola – habla haciéndose a un lado para que pase. La escaneo con la mirada de forma disimulada viendo el pequeño