Dominic se levanta de la mesa y se arrodilla frente a mí, saca una pequeña caja color rojo y la abre mientras me pide que sea su esposa, estoy en shock, intento decir algo, pero las palabras no salen de mi boca. Que haga esto me demuestra de que quiere hacer las cosas bien como una pareja normal y respeta mis decisiones. —Deva, sé que fui un completo imbécil, más que eso, te lastime y aunque tú me perdones algún día, yo nunca podré hacerlo conmigo mismo, porque le hice daño a la mujer que amo. Sé que no tengo derecho de pedir esto, pero quiero que seas mi prometida, entiendo si necesitas tiempo para pensarlo, pero quiero hacer las cosas bien y que tú siempre seas feliz, mi amor. —Acepto, Dominic, quiero casarme contigo. —¡De verdad, amor! Él me carga y me besa, me coloca el anillo y