Montecarlo, Mónaco Cuando le dije a Michael de venir a Mónaco en vez de ir a Paris tal como él lo propuso al inicio, nunca llegué a pensar que este país fuese tan impresionante como lo es. El lujo está presente en cada mínimo rincón de este lugar, y al parecer él no ha querido quedarse atrás. Me abre la puerta del auto deportivo descapotable color n***o que ha alquilado durante nuestra estadía y luego al mejor estilo suyo, camina hacia el lado del pasajero colocándose sus lentes de sol. No hace calor, pero tampoco hace demasiado frio, me atrevería a decir que hace unos 13 o 14 grados y con un suéter liviano podríamos ir hacia el hotel sin el techo del auto. —Esto te debe haber costado una fortuna. — Le digo algo preocupada cuando finalmente sube al auto. Me mira bajando sus lentes de so