La puerta se abre de nuevo, Milly y Arya se detienen abruptamente y nos miran con curiosidad. —Pero ¿qué está pasando aquí? ¿Por qué tienen esas caras? —indaga Arya y se acerca a Enzo, que de inmediato la abraza y deposita un beso en su frente. —¿Tengo que preocuparme? —cuestiona Milly, me acerco para tomarla de la mano y le doy un beso en la mejilla. —Le comentaba a Nathan, que quiero darles como regalo de bodas una casa en Miami —explica Enzo. —Por supuesto que no —responde Milly con seguridad y todos nos reímos. —Lo que dije, son igual de tercos —asevera Enzo. —Nathan y yo podemos comprar perfectamente nuestra casa, los dos trabajamos. Asiento, aunque en realidad pensaba comprarla yo, pero eso lo hablaremos nosotros en su momento y estoy seguro que llegaremos a un acuerdo. —