Capítulo cincuenta

1195 Palabras

Axel abrió los ojos, sorprendido por como nuestro propio hijo le estaba hablando, sabía que era algo maduro pero verlo como un niño y al otro momento verlo actuar de manera adulta, simplemente lo sorprendía. Nadie más que yo, su madre, lo sabía a la perfección, en el momento en que comenzó a crecer, lo supe. «Mi hijo podía ser el mismo cielo y también el mismo Infierno, todo dependía de las personas de su alrededor» Tranquilo bebe—alardeo Axel mirándolo—solo estaba jugando, jamás me iría, ustedes son mi vida—susurro mientras acariciaba la cabeza de Jordán. A él jamás le gusto eso Solo lo miraba y se reía, por primera vez parecía un niño humano, con esa carita tan inocente y esa sonrisa que ilumina a todo el mundo —Deja de hacer eso—murmuro Jordán comenzando a enojarse, su buen humor

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