[CIARA]
Dos días después: 22 de septiembre
Jamás imagine que llegaría a cometer una locura como esta, pero aquí estamos aterrizando en la ciudad del pecado, o del amor, según la perspectiva con que la mires, sin siquiera una maleta en la mano. Sin lugar a duda hemos tenido que responder algunas preguntas a los agentes de inmigración, pero cuando mi futuro esposo resumió toda la respuesta a “el amor y nuestras ganas de casarnos nos trae aquí”, el agente sonrió y sello el pasaporte que nuestra única cómplice nos alcanzó al yate. Todavía no sé cómo mi cuñada ha podido mantenernos este secreto, tampoco sé si Amadeo se enojara con ella cuando se sepa todo, pero por ahora no quiero pensar en nada más que este momento donde camino de la mano con Ciro sin temor a que alguien nos vea.
—¿Ya te ha
