Mark Wilson. «¿En serio está pensando si soy bueno en la cama?» reflexiono mientras la veo allí parada frente a mí con su maleta de flores y su apariencia de jovencita rebelde con su jean ajustado y su blusa sin mangas. Parece avergonzada por lo que se le escapó, pero aun así solo se encoge de hombros y me sostiene la mirada como retándome. Mi cuerpo reacciona mucho más rápido de lo que lo hace mi mente. Mi orgullo de hombre suma como cien puntos solo de escucharla y no puedo evitar que mi entrepierna se anime, un poquito. Sin disimulo se muerde su labio inferior y eso me obliga a bajar la mirada allí, llevándome por unos segundos a un aturdimiento. —¿Con quién estás, hermano? ¿Estás follando mientras hablas conmigo? —la voz de Fernando me devuelve al mundo real de un sopetón. No pued