Katherine.
Regresamos a casa y me siento tan feliz, nada podría arruinar este momento.
—Iré a preparar el desayuno, gracias por tomarme en cuenta, Katherine.
—Eres parte de la familia, María. Confío en ti.
—Gracias, no sabe lo feliz que me hace.
—¿Tienes hijos, María?
—No, no tengo, más bien nunca pude tener hijos.
—¡Yo soy como tu hijo, María!
—dice mi pequeño.
—Sé que lo eres, pequeño. ¿Su hermana y cuñado se quedarán a desayunar?
—¿Quieres desayunar con nosotros?
—Lo siento, nosotros tenemos planes, gracias, hermana.
—Está bien, lo entiendo, gracias por acompañarnos.
Elsa se despide de todos y después se marcha junto a Cristian.
—Mi amor, iré a darme un baño, me duele un poco la cabeza y las náuseas no paran.
—Está bien, príncipe. Lo siento.
—Tú no tienes la culpa de nad
