(Narra Bree Mond) Luego de que Dante se llevara al lobo café lejos, Carter nos acompañó a la cabaña. No me dejaba de mirar y podía sentir que estaba ansioso y angustiado. Y con qué razón, debía de estar sorprendido por haberme visto volver a mi forma humana, así ya no le quedaría duda alguna. Yo era una mujer lobo, me gustará o no. Siempre lo había sido. En la cabaña reinaba un silencio sepulcral, Annie se fue a lavar el cuerpo y la cara, dijo que se sentía sucia. Mientras ella no estaba, yo me quede a solas con Carter en la sala, el pobre solo caminaba en círculos mientras miraba el suelo con suma atención. ― Anda, ya. Pregunta. ― Le dije intentando sonar lo más calmada posible, aunque por dentro estaba echa un manojo de nervios. ¿Qué pasaría ahora? Les había mentido a todos. ―Yo