Salgo del baño después de asear mi boca y veo a Vladimir hablando con su mamá, va pensar que no me gustó su comida, ¡Mierda! quiero morir. > En cuanto cierro la puerta los dos voltean, y en dos sacadas lo tengo de frente, con ojos de preocupación y angustia. —¿Estás bien mi amor?, ¿quieres que te traiga algo? , le puedo llamar a un médico para que te revise. —hace tantas preguntas que me enferma más él que la comida, es un exagerado paranoico no es para tanto, no me voy a morir. —Tranquilo, todo bien. Abraza mi cuerpo con fuerza presionando mi cabeza a su pecho y acaricia mi cabello. —Te llevaré a la habitación, necesitas descansar. —que le pasa eso es lo último que quiero hacer. —No creo que sea necesario. — Niego buscando su mirada. —Creo que él tiene razón hija, descansa un po