Después de pelear con Collins toda la semana, ya que según él siempre viaja en su jet privado y no en vuelo comercial, al final de cuentas abordamos el comercial, por supuesto que gane yo, con asientos en primera clase para darle un poco de gusto al señor. Me hubiera encantado viajar en jet privado a quién no, pero quería alargar un poco más el viaje, algo me dice que no debí aceptar venir, estoy bastante nerviosa, aunque ya no sé si es porque por el viaje o por él. Toda la travesía se ha comportado como el caballero que es a pesar de que todo el tiempo se la paso refunfuñando, que el asiento es muy duro, que la azafata hecho mucho hielo al agua , que es pésimo el servicio, que hay mejores opciones de vuelo, ¡carajo!, se comporta peor que yo en mis días rojo así que a la mitad del vuelo o