—Jessi es enserio, no pasa nada amiga, comprendo que estabas poseída por los celos, que son peor que el espíritu del exorcista y el de actividad paranormal juntos, parecías Chuky enojada y no solo lo digo por la estatura. —ese es Bruno del otro lado del teléfono, que se ha estado burlando de mí desde que contestó la llamada, es un maldito cabron. —Eres un maldito pendejo, no sé porqué diablos te llamé, jodete. —termino la llamada encabronada aventando el teléfono a la cama al tiempo que siento unas manos rodear mi cintura por debajo de la playera, dando un rico beso en mi cuello y hombros. —¿Quién era el pendejo?. —musita cerca de mi oído, sin dejar de besar mi cuello y acariciar mi vientre, me volteo hacia él y me toma desprevenida el trasero, me causa gracia, pero lo que veo en él ,no