—Las radiografías indican que todo está en su lugar no hay nada de que preocuparse, sólo evite apoyar con mucha fuerza el pie, tomé estos analgésicos en caso de dolor y en un par de días estará como nueva. —eso comentó el médico después de poner una venda en mí pie y entregarle la receta médica a Vladimir que no se quiso esperar afuera, en cuanto vio quien me iba a revisar no se separó de mí, quizás se sintió amenazado del mango latino de grandes y hermosos ojos que me atendería. Todo el camino le estuve recordando las palabras del médico haciendo énfasis que todo estaba bien, pero no, el exagerado dramático de mi novio tenía llevar todo al límite, no me dejaba ni asomar las narices fuera de la habitación, hasta para ir al baño me quería llevar cargada y no era para tanto si podía caminar