Dereck Tucker Bebo la taza de café mirando por la ventana. La nieve cae con fuerza y mañana, como los últimos días, amanecerá todo blanco e impoluto, con los árboles coronados de nieve y las mejores vistas que se puedan tener. Suspiro con frustración cuando pienso en ello. Desde que estoy solo en este lugar no encuentro más que motivos para buscar a mi Bri y dejarle saber toda la verdad, porque me desespera esta distancia, su ausencia. Pero debo hacer las cosas bien. ¿Invitarla a Aspen? Es una locura. Me quema las entrañas tener que enviar señales contradictorias para hacerla venir. Para separarla de todo lo que nos rodearía en New York y tener este reencuentro aquí, donde debe ser. Donde estamos destinados, porque es parte de nuestra historia. Se me retuercen las tripas con los nervi