Brittainy Stewart El sol de la tarde entra por la ventana, tiñendo la sala de tonos dorados, mientras el sonido de disparos y explosiones digitales que proviene del televisor llena el espacio. Desde la cocina observo la escena frente a mí con una sonrisa suave en los labios. Mason y Ben están sentados en el suelo, concentrados en la pantalla del televisor, los dedos moviéndose con rapidez sobre los controles como un par de niños, aunque uno de los dos sí lo es. El otro parece comportarse como uno cuando juega con mi hermano. —¡No, no, no, Mason, cúbreme! —grita Ben, inclinándose hacia adelante, completamente absorto en el juego. —Relájate, enano, lo tengo controlado —responde Mason con una sonrisa ladeada, esa que siempre me ha derretido, justo antes de lanzar una granada virtual que h