Estoy en Roseland y llevo días sin saber nada de Ethan ya que no responde a mis llamadas. Nathan y Donald tienen la camiseta de Ethan colgada en su habitación y yo estoy sentada en la cama de uno de ellos mirándola. — ¿Puedo preguntar por qué sigues aquí? —La voz de Donald hace que lo mire con una ceja alzada y su hermano lo apoya. — Es territorio de chicos y tú eres una chica. — Por eso apesta tanto la habitación —murmuro levantándome de la cama y abriendo la ventana. Ellos están jugando a la Xbox y salgo de la habitación para dejarlos tranquilos. Al asomarme a mí habitación, veo a Wendy, que está jugando a las muñecas. Recuerdo perfectamente cada momento que pasé con Ethan antes de ser algo más. Supongo que era más fácil en ese entonces. Bajo las escaleras y me uno a Connor en la c