Nunca he visto a mi hermano nervioso, naturalmente es tranquilo y siempre lo tiene todo controlado, así que, verlo caminar de un lado a otro, dar toquecitos en la parte de atrás de su móvil y morder su labio inferior varias veces, me divierte, para que voy a mentir. Hemos quedado con Levi, Sienna, Kora y su novio —del que nunca recuerdo el nombre— para tomarnos una cerveza. Connor me tiene nerviosa mientras vamos al lugar y le digo que se tranquilice porque me va a dar un ataque de nervios al verlo golpear el volante con insistencia durante todo el camino, pero según él, no está nervioso. — Tú estás demasiado tranquila, ¿dónde está la Paris gruñona? —Pregunta cuando aparca. — De verdad que no sé esa fama por qué la tengo —me bajo del coche—. Soy un sol. — Si tú lo dices... —Mu