Miro mi reflejo en el ascensor y me quito un poco el rímel corrido con mis dedos. Hoy estoy sumamente agotada. Pensé que apuntarme en el gimnasio e ir temprano antes del trabajo era una buena idea, pero ahora me doy cuenta de que es una idea pésima. No puedo con mi vida, en serio, me pesa el cuerpo veinte toneladas y estoy deseando ducharme e irme a dormir. Salgo del ascensor cuando llega a mí planta y me quedo sorprendida al ver a Ethan allí. — Hola —guarda su teléfono en el bolsillo de su abrigo. — Hola, ¿qué pasa? —Saco las llaves del bolso. — Pensé en venir a verte, apenas hemos hablado y bueno... Sé que has estado ocupada —me sigue dentro del apartamento. — Levantarme temprano no es lo mío —dejo el bolso en la encimera. — Ya, nunca lo ha sido. — ¿Quieres algo de beber?

