Observo a mi esposa mientras descansa y disfruto del sonido de las maquinas que me reafirman que ella continua con vida. Estoy sentado a su lado mientras sostengo su mano. No sé cuánto tiempo ha pasado, pero me niego a separarme de ella. Verla en ese estado hace que mi corazón se encoja, pero sé que vamos a salir de esta y que el responsable de lo que le sucedió me las pagara. No sé en qué momento me quedo dormido hasta que escucho que alguien habla. - Señor Faragov –escucho a una de las enfermeras y yo abro los lentamente encontrándome con la enfermera frente a mí y a la doctora revisando a mi esposa. Entonces recuerdo al niño y mi padre. - Puedes dejarnos a solas –digo poniéndome de pie diciéndole a la enfermera, ella se vuelve a ver a la doctora que asiente con la cabeza mientras rev