MIGUEL Me empino la botella de whisky mientras sostengo en mi mano el celular en el que se encuentra la única foto que tome de mis setenta y dos horas con Biserka Horvat. Es ella observando el hermoso paisaje que nos brindaba Zermatt la última mañana que estuvimos allí. - Maldita – susurro bebiendo otro gran trago con los ojos llenos de lágrimas mientras los recuerdos de estas setenta y dos horas se reproducen en mi mente. En qué momento creí que setenta y dos horas junto a ella serían suficientes, no necesito minutos u horas, necesito una vida entera a su lado. desvío la mirada hacia el iPad que descansa sobre la mesa junto a mí. Me niego a aceptar el pago por dejarla ir, respiro profundamente antes de empinarme de nuevo la botella observando la ciudad frente a mí. en unas horas será l