Abby
Debía admitir que el demente sabía besar, demasiado bien para su propia seguridad. Si la puerta no hubiera sonado, estoy segura de que ya hubiera saltado sobre él.
En verdad la abstinencia se esta saliendo de control.
Cuando abrí la puerta me encontré con un Jack preocupado, al parecer no confiaban tanto en Michael.
-¿Esta todo bien aquí?- su pregunta fue respondida por un glacial silencio. Al parecer Michael le daría el tratamiento del frió.
-Si Jack, solo hablábamos con Michael.- forcé una sonrisa en mi rostro, aún mis nervios seguían.
-Ya veo- murmuro divertido, seguramente mis labios están tan hinchados- Mitch ¿No vas a mirarme?
-Fosforito, vamos que te llevare a casa.- Michael me mira suplicante ¿Es que no puedo resistirme?.
-Mitch solo fue una broma, no seas ta
